EDGAR NEGRET

Por Jorge Oteiza (Fragmento, Revista de América)


Con sólo dos obras que el Salón Nacional de este año exhibe por vez primera de Edgar Negret, se revela este joven escultor como una nueva y victoriosa realidad. Aporta este nuevo valor al arte nacional, una inteligente y audaz preocupación por caracterizar funcionalmente en la estatua el destino público o arquitectónico que corresponde a los productos estéticos del mundo actual.

Negret ha acertado a inquirir valerosamente en los modernos problemas del conocimiento creador. La trayectoria de su voluntad estética deparará, sin duda y muy pronto, a su país, jornadas decisivas para la buena orientación de las futuras promociones de escultores y especialmente urgente necesidad ésta de dignidad artística para representarlo con verdadera categoría internacional.

Organiza Negret sobriamente el conjunto formal de la estatua, hasta ahora con un carácter estático y simple. Pero regionalmente, una violenta dinámica desata los volúmenes y descompone el equilibrio general, obligando a la naturaleza material de la escultura a ampliarse en el exterior.



Edgar Negret (Popayán, Colombia, 1920). Escultor y pintor. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Cali entre 1938 y 1943. En sus inicios conoció al escultor vasco Jorge Oteiza quien le abrió el horizonte artístico de su época. En su etapa de aprendizaje realizó en yeso las cabezas de los poetas Walt Whitman, Guillermo Valencia, Porfirio Barba Jacob y Gabriela Mistral, donde ya era notable el refinamiento de su técnica.

Al asistir en París a la retrospectiva póstuma de Julio González en 1953, Negret comenzó a utilizar el hierro. De 1953 a 1963 se instaló en Nueva York donde inició su serie Aparatos mágicos, de fundamental importancia en su búsqueda estética. En 1963 participó en el XV Salón Nacional de Artistas y ganó el primer premio con su obra titulada Vigilante celeste. Durante los años sesentas trabajó en Los navegantes y Los puentes, conjuntos escultóricos donde su estilo se encuentra completamente definido. El aluminio será en adelante parte fundamental de su obra. En los años siguientes realizó sus exposiciones: Cabo Géminis, Acoplamientos, Templos, Columnas y Escaleras. Posteriormente rindió homenaje a sus raíces realizando la serie de Los Andes donde son visibles las alusiones Incas y donde la abstracción de la topografía suramericana es protagónica. En 1974 expuso en Corcoran Gallery, Washington D.C. En 1979 su obra participó en la FIAC, Paris. El año siguiente inauguró una muestra en la Fundación Joan Miró, Barcelona, España. En 1982 expuso en Contemporary Sculpture Center Tokio, Japón, y posteriormente en la Gobernación de Caracas, Venezuela. En 1991 presentó una retrospectiva de su trabajo en el Museo de Monterrey y en el Rufino Tamayo, de México. En 1995 colgó su obra en el Festival Internacional de Biarritz, Francia. En 1999 expuso en el Museo de Arte Moderno de Bogotá. En el año 2000 los escritores Gonzalo Márquez Cristo y Amparo Osorio realizaron una entrevista titulada: "El Nosferatu sagrado" para homenajear los 80 años del artista. En 2004 publicó su libro Negret, escultor. En 2009 inauguró su exposición Poética del silencio, en la galería Mundo de Bogotá.

Negret, considerado uno de los escultores más renovadores y fecundos de Colombia, fue galardonado en 1965 con la Medalla de Plata de la VIII Bienal de Arte, Sao Paulo, Brasil; en 1967 recibió el Gran Premio en escultura del XIX Salón de Artistas Nacionales; en 1968 le fue otorgado el Gran Premio de Escultura, David Bright, en la Bienal de arte de Venecia, Italia; y en 1975 obtuvo la beca Guggenheim.